Si tenemos problemas de pareja graves, que incluyen violencia hacia nosotros, hacia nuestros hijos, padres, madres o cualquier ser querido, lo primero que debe pasar es que debemos tomar ciertas decisiones. La anterior a todas es la que implica lo siguiente: deben desaparecer de nuestro vocabulario palabras como resignación, obediencia, servidumbre y peor aún, autoconsejos del tipo no nos cansemos porque Dios recompensa al final.
Internet está lleno de artículos de autocompasión, como si aquello fuera a resolver un problema serio como el que tenemos. ¿Qué es esa imbecilidad?. Sé que es una pregunta retórica, y vaya que lo es porque no hay respuesta sensata para una pregunta así, pero es que ¿Qué se está promoviendo con estos artículos degradantes? ¿Dónde queda la dignidad humana, los derechos básicos, el respeto y el amor propio? ¿Realmente es necesario que uno reciba bofetada, tras insulto, tras golpe, tras cachetada, tras violación, tras ignorancia, tras indiferencia...?. BASTA.
Mucha gente busca en los distintos motores de búsqueda "¿Cómo hacer cambiar a mi novio/esposo?". Por favor, todos y todas hemos querido que el o ella cambie tal o cual manera de ser por nosotros, por él o por ella misma, por los demás, por su mamá, qué se yo; hay miles de razones. Lo cierto, y lo profunda y eternamente cierto es que pretender cambiar a alguien es absurdo y no dará resultados si no ha pasado ya. No se trata de que no nos quieran, no se trata de que tengamos que esperar en un ser que nos guardará recompensas cuando fallezcamos de un cuchillazo o porque se le pasó la mano al pobre hombre con los chancletazos. O sea, MIERDA, PUEDO MORIR.
Primer elemento a tener en cuenta: La gente que no ha modificado sus conductas en años (cualquiera sea el argumento que hemos estado usando), no lo hará si somos un poco más pacientes esta vez. No lo hará ahora, no lo hará mañana y si lo hace no será un cambio profundo ni duradero, será sólo para mantenernos ahí, a la espera, sabiendo que nos tiene.
Segundo, hemos de hacernos las siguientes preguntas:
- ¿Por qué estamos esperando que cambie?
- ¿Por qué no cambiamos nosotros? ¿Qué nos detiene?
- ¿Por qué debemos aguantar que nos insulten, maltraten, golpeen o le hagan daño a nuestros seres queridos?
Tercero: No se trata de ser feministas ni machistas ni nadaistas. Se trata de cuidarnos, de querernos y de no dejarnos pasar a llevar de ninguna forma. Esto no se trata de orgullo pecaminoso, ni de rebeldía mundana ni de pulsiones de la carne: ES UN TEMA DE SALUD, PORQUE PODEMOS TERMINAR MUERTOS O MUERTAS, como muchas personas en el año.
En cuarto lugar, debemos darnos cuenta de que la persona que, en última instancia, está cometiendo un error somos nosotros. Un error al soportar, un error al aguantar, un error al esperar, un error al asumir, al suponer... Esto ya lleva tiempo y no puede seguir así. Decirlo con estas palabras no constituye pecado, sino un acto de valentía.
Quinto: Es aquí donde hay que decidir qué hacer con nuestras vidas. Ya que sabemos que esta relación murió desde el momento en que él o ella pasó por encima mio pisoteándome. Insisto, no se trata de un orgullo competitivo, no se trata de decir "yo soy mejor", se trata de decir "no me lo merezco".
Se hace necesario reencontrarnos con nosotros o nosotras mismas, volver a escucharnos, a entendernos, a mirar hacia atrás, rescatar lo bueno y aprender de lo malo. Mirar hacia adelante y decidir qué camino tomaremos. VOLVER A ÉL O ELLA, NUNCA. Eso es retroceder hacia un espiral de violencia que NO ES SANO.
Sexto: Armarse de un plan, ya que no podemos vagar por las calles o comer de los tachos de la basura. ¿Qué haremos? ¿Dividiremos las cosas? ¿Simplemente me voy? ¿Dónde viviré? ¿Qué pasa con mi matrimonio?. Yo aconsejo separarse lo más que se pueda (físicamente) de nuestra EX PAREJA, ya que cualquier lazo emocional o concreto que nos ate a ellos o ellas dificultará el proceso de reconstrucción propia. Si te sientes capaz de estar cerca da la otra persona, es tú decisión. DE AHORA EN ADELANTE TÚ VELAS POR TI MISMA/O.
Séptimo: Quiérete, vuelve a darte esos baños de burbujas, esos masajes, a disfrutar de un buen vino, una película, un viaje... Comienza a hacerte cariño, pues lo necesitas en este proceso nuevo. Debemos aprender a no ser cobardes, a mirar hacia el futuro y abrazar lo incierto, no a retroceder ante la adversidad. Nuestra autoestima está dañada, nuestro corazón también, por eso es hora de darle todo lo que siempre necesitó (y siempre supimos que necesitaba) pero que no le dábamos, pues estábamos abandonados para el otro.
Esta guía no es tal. Considero necesario entender que cada uno vive su propio proceso y lo configura como se le pare en la raja. Lo que sí, es que no podemos ser cobardes toda una vida, ni podemos conformarnos con los males que tenemos, menos aún si está en nuestro poder cambiar. No cambiar a alguien, sino CAMBIAR NOSOTROS MISMOS.
Uno nunca deja de crecer, y eso hay que tenerlo claro. Crecer implica dificultades, como separarse emocionalmente de las personas que nos hacen daño. Eso es lo que debería proliferar en internet, no mensajes de compasión o conformismo. Podemos modificar nuestra realidad, y es nuestro deber amarnos y protegernos. Basta de la sumisión, no nacimos para ello.
¡A conquistar el mundo!
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