Pestañas

diciembre 08, 2012

Valentina Roth y la represión sexual


Los desplantes escénicos de Vale Roth son ya comentados en todas las redes sociales, y no es de extrañarse. ¿Qué genera tanto ruido? ¿Es realmente a raíz de un comportamiento deplorable? ¿Es realmente condenable?. Espero que luego de este análisis, algunos y algunas puedan sacar conclusiones que lleguen a reconfigurar sus nociones en torno a la imagen de castidad y pureza virginal que se les impone a las mujeres.

No son pocos los videos en los que la señorita Roth ha mostrado sus habilidades sociales. En ellos tenemos una variedad de situaciones que psicólogos RN o UDI podrán enlistar en sus manuales sobre indecencia  faltas a la moral y ofensas a la madre patria... Qué se yo. No solo podemos ver su escultural cuerpo, sino que podemos escuchar su argumentación profunda y elaborada en relación a lo que se dice de ella. He aquí el último de los videos que se ha viralizado en la red, el cual ha motivado esta entrada:


Y la verdad es que describir cada situación ya parece irrisorio, pues es conocimiento masivo el hecho de que Valentina Roth disfruta de lo que el clítoris puede darle y no tiene ningún tapujo con ello. Por lo bajo, a mi me parece admirable. Rompe con toda la imaginería de la santidad de la vagina y de la virginidad virtual obligatoria. Barre el piso, por decirlo así, con los deberes morales impuestos sobre los cuerpos femeninos y, aunque no es ni una académica ni una erudita en el tema, ella sí sabe cómo pasarlo bien. Pero no le sale gratis, no en Chile.

Los comentarios en relación a lo que hace, dice y muestra son variados y van desde las declaraciones tipo “maraca culiá” a las más sentidas devociones. Más allá de hacer una lista con lo que se dice de esta mujer, quiero centrarme en los elementos que articulan esta animadversión con el placer y los orgasmos, porque al final del día siempre me pregunto ¿qué es lo que molesta tanto? ¿qué provoca tanto despliegue de comentario despectivo?

Me es imposible no referirme al estudio de la sociedad en esta materia, ya que existe un ordenamiento político que administra el placer. Sobretodo en la sociedad occidental, lo erótico tiende a ser al mismo tiempo una prohibición y una invitación: Vemos cervezas asistiéndose de voluptuosas señoritas, vemos estrellas pop persiguiendo una juventud perdida para mantenerse deseables, escuchamos gemidos en sus canciones, nos rodea y atraviesa el sexo, el cual es sobretematizado, nominado, discutido y transmitido. Como si no fuera un mensaje contradictorio tenemos el mensaje abstinente de la iglesia, la preocupación por la edad de la primera relación sexual, el silenciamiento del tema frente a menores de edad, la vergüenza en la compra de condones... Así, ¿quién entiende lo que es saludable?. El embrollo que debe tener la gente debe ser increíblemente complejo. Y en medio de esta censura sobretematizada del sexo, éste se llena de misticidad, de magia y el impulso a practicarlo se refuerza desde el primer orgasmo. Y ya, si no lo pudimos evitar, por último que no se transmita la plaga de las relaciones premaritales.

Este caótico devenir, aparte de generar confusiones y desinformaciones terribles, termina por construir una lógica cínica impresionante. Es decir, finalmente el problema no es que efectivamente estés teniendo sexo, sino decirlo.

Hace ya varios meses el MOVILH estuvo peleando la primera gran demanda de la Ley Antidiscriminación (por favor, no le digamos más Ley Zamudio que el pobre debe estar revolcándose en su tumba), la cual consistía en que una pareja de lesbianas había sido discriminada arbitrariamente por un cierto motel, al cual no las dejaron ingresar por su orientación sexual. Hoy, por twitter, apareció en mi TL un twitt que decía “Que te muestren en a tele porque ibas a un motel es cuático”. Yo me pregunto, ¿por qué es cuático?. Resulta que en medio de las conversaciones con este contacto, el problema no era la concurrencia al motel, sino el hecho de salir en la televisión dando cuenta de ello. Es decir, si la pareja (ésta o cualquier otra) quiere ir a un motel, que vaya. Pero que, por favor, no lo convierta en un tema público. ¿Qué hay que esconder? ¿Qué es lo que no se puede mostrar?. Las parejas usualmente desarrollan deseos sexuales en torno a la otra persona. Las parejas tienen sexo: Se besan, se acarician, se regalan orgasmos y algunas gustan de utilizar el amplio servicio de motelería que se ofrece en el contexto urbano. ¿Cuál es el gran problema?.

La idea de que los moteles los usan los amantes, las parejas clandestinas y quienes quieren “escapar” de algo es una idea añeja y pasada de moda. Los moteles brindan un servicio cómodo, tranquilo, incluso a veces hasta limpio. Es un espacio donde se puede practicar sexo doce horas seguidas y todos los implementos te son entregados sin ningún problema. La sexualidad se despliega en todo su esplendor. En vez de considerarlo como un problema, yo preferiría catalogar esta práctica como una posibilidad de que los cuerpos disfruten y alcancen un desestresante, estimulante y endorfínico orgasmo... O varios. ¿Por qué se tiene vergüenza de algo tan exquisito?

Valentina Roth entiende muy bien ésto, y no tiene ningún pelo en la lengua para decirles atoda esa manga de cartuchos y cartuchas que digan lo que quieran, porque sus labios están listos para recibir más besos y su boca también. Y es ésto lo que molesta: Que una mujer que debería estar guardándose para su marido esté repartiendo la idea de que el sexo es bueno, saludable y agradable. Una mujer viviendo libremente su sexualidad es peligroso, porque luego querrán hacer valer sus derechos humanos. Y quizás hasta generen un cambio cultural en torno a la vivencia de la sexualidad. A lo mejor las mujeres comprenden que no es el rol de los hombres el pedir pololeo, ser activo, excitable y nonstop en la cama. A lo mejor pueden tomar la iniciativa y ahogarse en endorfinas.

El otro día mi primo dijo “(...) no sé por qué le ponen tanto color, si ella hace lo que hacen todas las minas después de una disco o hasta dentro de ellas. Es la típica mina que ves en la pista y dices “a esa mina me a voy a comer hoy”, y haces todo lo posible para que se fije en ti porque te prende”. En su propio lenguaje, cuanta razón.

Lo mismo pasó con la mujer que, micrófono abierto, se jactó de su habilidad para contener las gónadas masculinas dentro de su área bucal, o en lenguaje popular, “hacer un quico”. Pero la lapidaron. Hasta el padre saldría más tarde en un diario de circulación pidiendo disculpas. ¿¡Disculpas, por qué!? Por favor, que alguien me pegue una cachetada si no me estoy dando cuenta de algo, pero es que aún no veo nada de malo en que ella esté tan orgullosa de tener una habilidad que, en lo personal, me volvería loco. De hecho, todas las mujeres deberían dominar estas técnicas. Les aseguro que vivirían felices entendiendo que el sexo es algo bueno y que su vagina es su mejor amiga -y nuestra también.

Todo lo anterior debe reflexionarse seriamente, pues la violencia contra las mujeres tiende a tomar por argumento el hecho de que se vistan, se vean y sean sexys. Vestirse con una minifalda no es el error, el error es dejarse llevar por un impulso agresivo. Creer que las actitudes de las mujeres son el motor de las acciones violentas es asumir que en realidad el hombre no se puede controlar, por tanto de la mujer es aquella tarea y, disculpen, pero eso me ofende profundamente. Por eso es nuestra tarea, como hombres conscientes y equilibrados, transmitir estas aseveraciones. Debemos comprometernos con un mundo donde no hayan privilegios otorgados en base al sexo, asumiendo que ser hombre merece más libertad.

Cada uno y una tiene el derecho a expresar de la forma que más le plazca su sexualidad y nadie puede tomarse la atribución de cuestionar esas decisiones o pretender ser un observador de la moral. Dejemos de participar de la reproducción de patrones represivos, que el sexo es para disfrutarlo.

4 comentarios:

  1. Disfrutar de los placeres sexuales es lo mejor de la vida, pero no necesito decirlo a todo el mundo así como tampoco le digo a todo el mundo cuanta plata gano, ni cuantas veces cago en el día, puedo dejar esos placeres solo para mi. aparte no se puede pedir mas en una sociedad en la cual hasta la auto complacencia de la mujer es mal vista.

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  2. yo no soy religiosa ni esas cosas no soy na persona conservadora y me importa la nada misma a quien le presten o no el poto las demás personas sea quien sea , eso es cosa de cada uno pero creo que con tu artículo estás viendo el lado superficial de la vida ... (y ojo no me estoy centrando en el tema de la señorita valentina roth sino que en tus palabras)... a la mente

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  3. Javiera Paz12:40:00 a.m.

    Yo estoy de acuerdo, la sexualidad de la mujer esta tan mal vista, que hasta decir que uno se masturba esta mal. Y es verdad, la Vale Roth no será una académica o erudita, pero si ella quiere pasarlo bien, lo hace y ahí esta el punto, a las mujeres se les "niega" el placer del sexo, la mayoría lo hace pero, les da vergüenza decirlo o si lo dicen, son unas putas maracas culias.
    Y para el primer anónimo, yo creo que si podemos pedirle más a esta sociedad, DEBEMOS pedirle más a esta sociedad, por que al final somos nosotros quienes vivimos en ella, somos nosotros los que la conformamos y es nuestro deber cambiar para bien.

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  4. Si un hombre hace lo mismo que ella se le llama galán, lo aplauden, pero ella por ser mujer es la maraca reculiada. También me molesta mucho que si una anda con un escote o una falda muy corta es andar "provocando" y que es la culpa de las mujeres que andan así de ser violadas... me parece una estupidez!

    A mi me pasa que tenido amigos hombres que cometido el error de demostrar mi sexualidad, y no ha faltado él que me insinuado de suelta (o cosas peores), por tener sexo casual... me molesta en especial por que ellos no se como tienen la decencia de insinuar eso si varios de ellos son infieles con sus UNICAS parejas que "aman" y toda la shit, eso me molesta! el doble estándar, el porque gente tiene algo estable es supuestamente mejor que la gente que es soltera y tiene la libertad de manejar su sexualidad, sin sen infiel, como que te meten en el saco de los infieles solamente por ser libre.

    saludos :***

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