Pestañas

septiembre 24, 2008

Hoy ando descriptivo

Es gracioso como uno piensa. Dentro de nuestra mente suceden cosas que uno generalmente no se espera o de las cuales no se percata. Y es que nuestro estilo de vida es tan rápido, tan sofisticado y tan.. en fin, se entiende la idea. Escribo esto como introducción al análisis de una situación en particular: el momento en que te preguntan algo, más bien, los mecanismos de elaboración de la respuesta a una tipo de pregunta en particular, por llamarlo de alguna manera. Imaginen: De partida no es cualquier pregunta. Una pregunta descriptiva no te dará mucho trabajo en la redacción de una respuesta lógica. Simplemente ves, escuchas e interpretas. Debe ser una pregunta abierta, donde la respuesta no sea muy obvia, sino que implique un trabajo mental más complicado, y aquí viene lo interesante: cuando la pregunta es formulada tendemos a separar entre una respuesta esperada y una respuesta no esperada. La respuesta esperada es esa respuesta nuestra más obvia que nos hará ver ignorantes y formulará la pregunta por la respuesta verdadera automáticamente. Aún sin pronunciarla. Es esa respuesta que hace ver nuestro "vacío cultural" y nuestro interés de conocer. Por otro lado, la respuesta no esperada se da cuando sabemos algo del tema y respondemos correctamente, si nos ponemos literales. Pero también es una respuesta no esperada el analizar la pregunta y responder aquello que la otra persona cree que no sabemos y no prodíamos deducir. Es esa respuesta la que deja en desconcierto a quien pregunta y nos sube un poco el ego. En la otra persona se pueden dar dos cosas: por un lado que, con nuestro ingenio se vea disminuido porque pensó que su pregunta era vivaz y dificil de entender, analizar o desgranar. Puede ser también que nuestro receptor valore nuestra genialidad y compartamos un momento de iluminación y fraternidad intelectual. Finalmente nuestra mente trabaja muy rápido y todo esto se produce en un par de milisegundos, pero creo que es terriblemente interesante el cómo procesa la información y reacciona según nuestro ánimo, nuestro humor, respecto de quien pregunta y el contexto en que se sitúa la conversación. Sé que es algo casi obvio, pero siempre es bueno desentrañar esos detalles que asumimos todos los días, esas cosas que hacemos ya por repetición. Un interesado en una cultura importante, quizás religiosa; le pregunta al sabio del grupo por el camino que debe seguir en el día a día para alcanzar la iluminación. El maestro le responde "Nosotros; cuando comemos, comemos. Cuando caminamos, caminamos. Y cuando oramos, oramos". ¿Qué tan seguido nos fijamos en los detalles de nuestra existencia? Me gustaría poder entender que todo es uno, que cada detalle es la última expresión de un patrón de vida, de felicidad, de bienestar común; y que sólo una pequeñez en nuestro diario vivir puede cambiarnos el sentido de las cosas. Unirnos, quizás. Me gusta la música que ponen en Facebook para meditar..

septiembre 13, 2008

Cuando no se está en el mismo nivel [versión revisada]


Creo que muchos hemos percibido esa molesta sensación de que o vamos muy rápido o nos demoramos demasiado, cuando sentimos algo y la otra persona no. No sé si piensan parecido a mi, pero esa sensación, aparte de ser extraña, es impredecible e imperceptible. A mi me ha pasado así.

Luego de varios meses las personas se conocen, aprenden de sus gustos pero principalmente, conocen sus defectos. Éstos terminan por resolverse, acoplarse o acabar con el nexo. Lo mejor, en mi experiencia, es escucharse. A mi me ha resultado, incluso cuando la otra persona no quiere decir nada. Escucharse e interpretar. Hay cosas, señales, que no se deben dejar pasar; pero uno se acostumbra a verlas en el otro. Ahí mi error. No las vi en mi mismo. A veces tomarlo con calma es una buena solución, porque no se trata de envolver a la otra persona en adulaciones y reverencias. Si se pretende una relación equilibrada, hay que estar pendiente de lo que estamos proyectando.

En mi caso, estaba creciendo en mi un sentimiento profundo e intenso, lo cual era genial y placentero pero no recíproco. Darme cuenta de aquello propició conflictos con devastadoras consecuencias.

Cuando ese sentimiento alcanzó mi lengua y la ocasión parecía ser la correcta lo dije. Lo dije y fue genial. Lo dije con un poco de miedo, con excitación, con asombro de poder decirlo, con vergüenza. No esperaba nada a cambio. Simplemente lo sentí y lo verbalizé. Sin culpas.
Pasó el tiempo y comenzé a confundirme, pero hasta aquí no era desagradable. Era, más bien, una confusión alegre ya que cualquier resultado se sabía provechoso o me haría sentir bien de todas formas. Aún así, estaba incómodo y comencé a experimentar frustración y mal humor constante. Fue así como se sucedieron  discusiones y debates y, locamente, en medio de una pelea lo vomité por segunda vez. Se lo dije y tampoco esperaba nada a cambio, pero me sorprendió un poco el hecho de que, ya por segunda vez, no me respondiera.

Fue extraño, no me importó tanto al principio. Pero definitivamente algo en mi cambió. Ahora lo sé: Andaba irritable, molesto por algo inespecífico. No entendía, no sabía qué era. Volvimos a las peleas, otra discusión. Ya en casa las cosas se calmaron, pero no pasó mucho hasta que volvimos a discutir. Yo estaba mal, me daba cuenta de que las cosas no andaban bien últimamente y me sentía impotente, incapaz de poder mejorarlas y tonto por no haberme dado cuenta antes.

Lloré. Lloré y tampoco sabía ni entendía la razón, por eso respondí 'nada' cuando me preguntaron qué me pasaba. Porque no siempre tenemos claro qué nos sucede. Eso es un hecho.
Su indiferencia a mis sentimientos me hería más, y más lloraba en silencio. Nos acostamos y yo me di vuelta, me abrazó y yo le dije, con todo el dolor que significaba aceptarlo: "Las cosas no van bien... Quiero que nos demos un tiempo... Y no sé cuánto dure, así que estoy terminando contigo..." No sabía qué esperar, sólo dije lo que sentía y me sentí bien al hacerlo. Pero no esperaba un golpe como el que me dieron: "Bueno", me dijo, y se dio vuelta. Durmió. Fue una noche asquerosa.

Cuando desperté -ahora definitivamente, después de todos los saltos y los frios de no tener su cuerpo cerca- le dije que debía irme. Sin pronunciar palabra se levantó, me abrió el portón y yo entendí que así quedaban las cosas. Y así quedaron.

Todo esto me hizo reflexionar sobre cómo amo, y la verdad es que hasta hoy he podido corroborar que la progresión de mi sentir siempre deviene en una relación en donde termino desembocándome en una vertiente melosa y cursi. A veces lo cursi es pertinente; pero frecuentemente está fuera de lugar. Esos "no puedo vivir sin tí" o los "mi vida no está completa si no estás" pueden ser gatillazos. Más que enternecer, asustan por lo obsesivo del tono. Hay muchas maneras de demostrar nuestro amor. Encontremos una que nos represente, que sea única y especial.

Ahora, si ya lo hicieron y le declararon su amor incondicional y eterno a esa, su media naranja, traten de que todo fluya. Si provoca ruido, retrocedan. No todo está perdido y no siempre se está en el mismo nivel. Es usual que uno ame más o que el otro nos quiera de distinta forma. No dejemos que los fantasmas de la inseguridad saboteen nuestra relación. Demos espacio, sacudamos la cabeza y ocupemos nuestras energías en desarrollar nuestro equilibrio emocional, la acertividad para interpretar las señales que se nos dan y el conocimiento mutuo que permite entenderse y complementarse.

Pero ojo, amar nunca será algo malo.

septiembre 09, 2008

Reciclaje en casa [versión revisada]



Quizás reciclar no sea una actividad que detenga el cambio climático global, pero en este artículo lo que se pretende no es necesariamente construir respuesta a esto, sino entender que nuestra relación con la naturaleza debe cambiar hacia prácticas más sustentables, ya que nuestro vínculo con la naturaleza es fuerte, aunque lo desconozcamos. Encontrar un equilibrio entre la satisfacción de nuestras necesidades y lo que se requiere para el cuidado del planeta es una condición para avanzar hacia una nueva conciencia de nuestra realidad.


A pesar de lo que se pueda pensar, actualmente el cambio climático es una realidad. Al menos en Chile, el clima cambió abruptamente y lo que una vez fueron veranos calurosos y sofocantes ya no lo son tanto; y los inviernos torrenciales se acabaron, dejando tenues lluvias que no arrazan con ningún paraguas. Aunque lo queramos desconocer, el cambio climático sucedió y se sigue sucediendo. Está aquí y no es mucho lo que, a estas alturas, podemos hacer. Por esto este artículo busca ayudar a construir prácticas nuevas o, más bien, a rescatar viejas prácticas que nos ayudarán a entendernos como parte de la naturaleza, no ajenos a ella.

Uno de los elementos más importantes para una nueva relación con la naturaleza y la humanidad son los residuos.

No creo que sea necesario extendernos en este punto, ya que todos y todas sabemos que mucha de la basura que acumulamos aún es utilizable, sobretodo para nuestro patio. Varias historias de varios amigos han nutrido mi conocimiento sobre esta materia, y la más memorable es la de Claudio, mi mejor amigo, quien me contó que su madre guardaba todas las heces de su perro y las colocaba en la pequeña huerta que tenía atrás de su casa. A él le sorprendió el hecho de que, meses después, las mejores plantas habían germinado con el abono que su madre había utilizado en base a las fecas de su mascota. Y es que no solo la caquita de perro sirve, sino que todo desecho orgánico es nutriente para la tierra, cualquier tipo de tierra. Acá donde vivo la arcilla es lo que nos tocó. Con paciencia y mucha dedicación, logramos cambiar la tierra y ahora es perfecta para plantar casi cualquier cosa.

Pero detengámonos aquí. ¿Qué es un desecho orgánico? Para la mayoría de las familias, la basura es basura y no hay nada más que discutir. Resulta que, en estricto rigor, no es tan así. Los desechos orgánicos son todos aquellos desechos que pertenecieron a frutas, vegetales, hortalizas, árboles o cualquier otro elemento que sea estrictamente natural y no haya sido -o casi no haya sido- procesado. Es así que desde las cáscaras de plátano, de palta, las corontas de manzana, el papel, el cartón, las ramas secas de nuestros arbustos del patio, la ceniza de la estufa, las bolsas de té o los restos de café son desechos orgánicos y sirven para alimentar a nuestra tierra y, a la larga, mejorarla y hacerla apta para cualquier plantación.

Tengo separada mi basura.
¿Qué sigue?

Por favor, nunca dejen que la basura se pudra encima de la tierra. La forma correcta de deshacernos de los desechos orgánicos de una manera sustentable es hacer un hoyo (ojalá profundo, para no tener que estar haciendolo cada un mes o menos) para ir dejando los desechos dentro. Cada vez que tiremos una pila de basura orgánica, iremos tapandola con la tierra que restó. Así no molestamos a los vecinos con el olor ni con las moscas. Pero, ¿Y qué sucede luego? Pues aquí es donde comenzamos a conectarnos con el entorno, ya que en la tierra viven distintos y variados organismos que buscan y rebuscan como sobrevivir. Hacernos parte de su proceso de supervivencia nos conecta de inmediato con todo aquello que nos rodea. ¿No es abrumante la sensación de que todo está conectado? ¿De que podemos y somos parte de otras vidas? Y sí, lo somos, porque al enterrar la basura estaremos invitando a hongos, lombrices y otros microorganismos a un festín de descomposición.

Este festín para ellos es total y completamente útil para nuestros propósitos, pues a medida que vayan descomponiendo lo orgánico, irá quedando tras de ellos lo que llamamos compost, un excelente abono orgánico para las plantas que es abundante en nutrientes y que mejorará nuestra tierra para un próximo ser vivo verde y turgente. Este material aparece luego de un par de meses de iniciado el proceso, por lo cual el hoyo que cavamos en la tierra no tendría que ser pequeño. Es así que una vez iniciado el proceso de reciclaje y entrega de los residuos orgánicos a la tierra, debemos ser constantes para poder ver resultados satisfactorios.

Ahora, si quieres acelerar un poco el proceso, lo que puedes hacer es ir a la feria más cercana y, una vez terminada la jornada, pedirle a los y las feriantes que te regales sus residuos -que probablemente serán cáscaras de choclo, frutas y hortalizas no vendidas, etc- para poder llevarlos a tu casa y utilizarlos para el proceso de compostaje. De esta forma los hecharás en el hoyo, siempre hechándo material seco como ramas o papel, lo volverás a tapar y lo regaras constantemente (si la lluvia no lo hace por ti).

Es así que, prontamente y si es tu caso, de un suelo arcilloso, demasiado seco o infértil podrás pasar a tener un suelo nutrido, vivo y listo para que te dediques a él y quien sabe, hasta poder tener tu propia huerta y no depender de las grandes cadenas del comercio que nos han quitado el saber productivo y han depositado en sus gavetas todos los alimentos que nuestros abuelos se cosechaban para ellos mismos. Por eso es importante saber cómo hacerse de un espacio para el cultivo, pues entrega autonomía, cultiva la paciencia y nutre nuestro espíritu en tanto fomenta una nueva relación, más sostenible y amable, con el medio ambiente. La satisfacción de sentirse parte de algo es inigualable. Lo recomiendo.

¿En mi casa no me toman en cuenta con la idea del reciclaje.
¿Qué más puedo hacer?

1) Reducir la emisión de desechos
Las bolsas de supermercado son uno de los principales desechos que usamos muy constantemente y que sólo acumulamos y acumulamos. La próxima vez que vayas al negocio de la esquina a comprar, lleva tu bolsa del pan. Si vas a comprar algo que puedes llevar en la mano, no pidas bolsa. ¡Inténtalo!
Muchas veces preferimos comprar barato en vez de gastar unos pesos más y preferir lo sustentable. Intenta hacerte del té en bolsa grande de papel, pues las bolsitas pequeñas lo único que hacen es emitir más desechos -ya que el cartón en el que vienen y el papel en que las envuelven son totalmente innecesarios.
Aparte de esto, reciclar reduce muchas veces los desechos domésticos, ya que más de la mitad de lo que botas son desechos orgánicos reciclables. Hazlo y te darás cuenta de que ya no habrá mal olor en tu casa y las bolsas se llenarán menos.

2) Reutilizar material
Los envases individuales y los utensilios desechables pueden servirle a tu primo pequeño o al jardín del frente. Usando la creatividad inherente de nuestra especie podemos crear espléndidos regalos de cumpleaños, de san valentín, del día de la madre o el padre o cualquier otra fiesta que se avecine, ¡y así no tenemos que comprar en los retails y el regalo será mucho más significativo!
Por otro lado, botar a la calle o incluso a la basura los envoltorios de los envases de papitas fritas, snack mix o lo que sea que compres finalmente termina siendo soplado por el viento (estén en basurales o no) y llegan a ríos que desembocan en el mar, generando la muerte de muchos animales que se confunden con el brillo de los envoltorios e intentan comerlos. ¡Aléjate de ellos!
Por último, esa ropa vieja, si no la puedes donar ¡úsala de trapos! Evitas comprar uno nuevo y le das un nuevo uso a tu basura.

3) Insistir
No hay mejor manera de generar cambios que ser constante. A veces parecerá que nadie entiende y a nadie le importa, pero la forma de compartir el conocimiento y hacer que se reproduzca una conducta saludable es ser constante y dar el ejemplo. ¡No te rindas! Somos muchos y muchas los que estamos por una nueva concepción de la realidad.
¡Idea otras formas! ¡Y eso es todo! Claro que podemos hacer otras cosas también, pero en nuestra casa podemos empezar por eso. No es muy difícil, y si aprendemos y nos habituamos a hacerlo mejoraremos un poco nuestra vida. De la tierra venimos y a la tierra volveremos, qué mejor que darle gracias así.

Y tú, ¿qué haces por la naturaleza?

septiembre 06, 2008

El fin de la era, nuestra era

"Al fin entendí. Quedan pocos años para salvarse" dice mi nick en Messenger.




Y es que al fin me di cuenta. Miraba un video de tortura animal donde quemaban a un perro en méxico. Eran (presumiblemente) tres adolescentes que lo tenían amarrado, lo bañaban en gasolina y le prendían fuego. El perro obviamente no murió al acabar el video, simplemente sus conductos estaban tan atrofiados debido al calor que ya no podía emitir sonido y claramente era doloroso moverse. El fuego lo abrazó en un par de segundos, y en un par de segundos dejó de moverse. Hablenme de una peor muerte que la asfixia o las quemaduras.
Fue ahí donde comprendí: este mundo está en ruinas, la sociedad está degradada a tal punto que ya no hay mucha gente que piense en el otro. Las ambiciones de algunos han succionado todas las oportunidades de una vida digna a cientos de miles de personas, las guerras están por doquier en cualquier escala, las personas prefieren pagar por seguridad que defenderse juntas, el dinero se ha vuelto un fin no un medio. Este mundo está en decadencia, son los últimos años de una era totalmente autodestructiva. Estamos al borde y tenemos que darnos cuenta. Esto, todo, ya está podrido y nuestros esfuerzos por cambiarlo serán en vano.
Hoy me di cuenta que lo único que podemos hacer es repartir el mensaje, contarle a nuestros seres queridos y que ellos les cuenten a los suyos. Preparémonos para lo que viene, porque lo que viene será un barrido inigualable, pasaremos a otro nivel existencial.. quien sabe. Pero no nos queda mucho tiempo. El calentamiento global acecha, los animales se extinguen o están muy cerca de hacerlo, la globalización simplemente ha hecho que quienes tienen el poder influyan más sobre los últimos en la pirámide mundial, los desprotegidos están más desprotegidos, los hambrientos más hambrientos.. ya no hay vuelta.

Preparémonos, porque va a llegar el día donde nuestros actos serán juzgados y se verá finalmente si avanzamos o no. Y no hablo de si la humanidad avanzará, hablo de sujetos, individuos. Algunos se quedarán, otros desaparecerán.. hay que interpretar los signos que la antigüedad nos ha brindado, están por todas partes.

Hay que prepararnos. No nos queda mucho en este mundo putrefacto.-

septiembre 01, 2008

Zeitgeist

Aparte de tener una obsesiva compulsión por las cosas nuevas, puedo contarte que cuando esta manía se apodera de mi tiendo a clickear y clickear en esos vínculos que conforman el -como decirlo- impresionantemente interesante hipertexto -ver columna lateral-. Qué es hipertexto y por qué es interesante... Si no lo saben, averiguen. El propósito de este maniatado entry es simplemente exponer algo con lo cual no nos topamos dia a dia -quizás tú sí pero a muy menor escala. Esto de los tíldes es frustrante-:
Las Operaciones de Bandera Falsa Son operaciones encubiertas conducidas por gobiernos, corporaciones y otras organizaciones, las cuales están diseñadas para aparecer como si estas fueran llevadas a cabo por otras entidades. El nombre se deriva del concepto militar de izar colores falsos; esto quiere decir la bandera de un país diferente al propio. Los ataques terroristas en algunas ocasiones son operaciones de bandera falsa (Wikipedia).
Me resulta asqueroso el saber de esto. Repugnante el sentir impotencia y rabia por obvias razones. Sería genial poder investigar más allá -siempre se puede- y poder hacer algo por ésto -o por alguna de las tantas problemáticas que vivimos diariamente y que estamos acostumbrados a callar por pura idiotez y hábito de ser los corderos degollados en pos de lobos disfrazados de democracia-. Pero si vamos a tomar cartas en el asunto, cito a Romero -o Rojas, no recuerdo-: "Hay que pensar global y actuar local". ¡Pero hay que actuar! ¡Hay que hablar! ¡Gritar! ¡Hacer algo! No necesariamente salir a tirar piedras, levantar pancartas, meter ruido -literalmente hablando- ni tampoco necesariamente hacerlo por el tema de las citadas operaciones. No es lo único que acontece y tú lo sabes. Y lo peor de todo es que se vienen las 'fiestas patrias' -que nisiquiera celebran la independencia- y es como si mágicamente todos dejaran a un lado los problemas y se unieran en hermandad sanguínea. Hermandad sanguínea mi culo. Cada día te vas dando cuenta de que la gente es infinitamente tonta e ignorante y no le interesa salir del valle de esa longitud de onda interminable. Y es que es así. Mucha gente está cómoda en su posición y esforzarse un poco más les produce un rechazo que yo al menos no entiendo ni justifico. Tampoco apunto a un estrato social, porque pasa en todos: desde la niña adinerada que tiene la vida comparada hasta ese pendejo que camina anestesiado porque salir del mundo es mejor que afrontar la realidad. Y me puedes decir que el no tiene oportunidad, que no puede salir adelante... No me tomes por idiota. Lamentablemente las cosas andan mal. Todos lo sabemos, pero es nuestra misión hacer que mejoren, y cuando digo nuestra hablo de gobierno, de mujeres, de estudiantes, de fuerza laboral, de organizaciones, de cualquier cosa que involucre interacción social -osea donde haya más de una persona-. Incluso donde haya una persona el cambio se puede gestar -y aqui es donde entran la fuerza de voluntad y la conciencia social, pero eso es otro cuento-. Finalmente me queda decir -o más bien repetir- lo que Godoy -un buen amigo, ingeniero comercial en potencia- dijo alguna vez: "Es increíble lo predecible que la población es. Hasta el caso más extraordinario se puede preveer". Yo planteo el problema y quizas se diga que no la solución. Pero es que es tan clara... ¿La ves tú? Y esto es solo un pelo del pincel -¿o era de la cola?- -¡Cállate!-

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