Pestañas

febrero 14, 2012

Estar soltero un catorce de Febrero

Una estrategia que siempre se ha usado por parte de quienes estamos solteros en el día del amor comercial es justamente eso: Resaltar lo poco significativo que es. Y, de hecho, es verdad: Es muy poco significativo y podríamos escribir millones de entradas en los blogs en contra del consumismo barato que se apodera de trillones de personas en el mundo... Pero esta vez no será así.

Si quejarnos nos hace ver más desesperados (si, lo hace, así es que deja ya de lloriquear) probablemente lo que estemos necesitando es un toque de alegría y cursilerías en nuestro día. Podemos celebrar varias cosas, sin olvidarnos de las muchas injusticias que se ciernen sobre el día a día de mucha gente, pero insisto, podemos celebrar varias cosas.

Esta vez creo que puedo celebrar mi soltería. No negando mis ganas de abrazar a alguien, ni censurando mis propias pulsiones. Puedo celebrar mi soltería porque, ya a casi un año de tenerla a mi lado, la soledad me ha hecho ver y sentir cosas que había dejado de lado. Dicen que para construir una relación con otro u otra hay que, primero, construirla con uno mismo y esa es una de mis frases motoras. Yo me amo, me amo con mis defectos -que sé que tengo, y me amo con mis cualidades. Me amo porque en realidad voy camino a lo que quiero ser, al menos tengo un norte claro. Y eso no significa necesariamente una lista de características a tener en los 40, pero sí significa que estoy en contacto con mis deseos y mis ambiciones, y que, aunque puedan cambiar, siempre estaré escuchando que tienen que decir.

Puedo celebrar mi soltería porque, en días como éste, puedo estar acostado en mi cama disfrutando de internet y alguna película que a mi me resulte interesante. Puedo comer cereales del plato, puedo escuchar música con audífonos. Puedo leer e incluso trabajar si lo quiero. Tengo tiempo y lo puedo destinar a lo que desee. Incluso lo puedo destinar a salir, a conocer a alguien... A suplir las necesidades que identifico en mi cotidiano. Puedo hacerlo y nada me detiene. Y, es más, estoy seguro que nada me detendrá si algún día tengo una pareja. Hoy soy conciente de que mi cuerpo es mi responsabilidad y soy yo quien decide sobre él. Ya entiendo que mis metas en la vida puedo compartirlas, puedo hacerlas converger con las de otra persona, pero nunca he de traicionarme por conservar a alguien: ceder por miedo a perder nunca es bueno. No estoy ni ahí con arriesgar un futuro de infelicidad por un presente de estabilidad.

Estoy feliz de mi mismo porque estudié la carrera que quise, que realmente me movió las entrañas y lo sigue haciendo. Estoy feliz porque me rodeé de la gente que me hizo bien tanto académica como amistosamente. Estoy feliz de eso, de los amigos y amigas que tengo. Estoy feliz de haber recobrado a mi mejor amigo, a ese que sé que estará ahí toda la vida. Estoy feliz porque tengo unos nuevo.
Estoy feliz, también, y puedo celebrar que me acerco a mi independencia. Celebro lo malo que ha sido el proceso, lo tóxico que ha sido el camino, porque hoy me hace pararme más fuertemente frente a las adversidades. Aplaudo lo inhumanos que fueron conmigo, lo crueles que han sido los comentarios que me han hecho por una u otra cosa. Agradezco todas las veces que me demostraron que no quiero ser como ustedes, porque reforzó mis ideales y me hizo querer perseguirlos con más fuerza. De verdad estoy contento de las muchas veces que me hicieron mierda mis argumentos, porque los reconstruí sólidamente y hoy sé quién soy, qué quiero y cómo obtenerlo.

El llanto de mi sobrino me ha recordado que me rodea gente hermosa, gente que vale la pena conocer y no olvidar. Me recuerda que he nacido en un hogar humilde que ha sabido perseguir lo que necesitaba. Agradezco al esfuerzo de mis padres por hacer de mi vida un viaje más cómodo, por haberme enseñado lo que sé y haber formado a una persona como yo, la cual se siente satisfecha de lo que es hoy.

Me deja tranquilo que mi pasado es algo con lo que he hecho las paces. Una vez que miras hacia atrás y atas cabos sueltos, pueden tomar toda tu experiencia, aprender de lo malo y apoyarte en lo bueno para girar la cabeza, mirar hacia adelante y decir: Esto es lo que viene, y es bueno.

Doy gracias, porque en este día de San Valentín estoy soltero, no tengo amante, pero todo lo que soy me enorgullece. Si bien la felicidad no es un estado, sino momentos; creo que puedo decir que soy feliz.

Si hoy es el día del amor, tomémonos un tiempo para mirarnos el ombligo y decir lo mucho que nos amamos y lo mucho que nos tiene contentos ser como somos. Y quizás hay cosas que mejorar, que cambiar, que dejar y eliminar... ¿Qué estamos esperando para empezar? Hoy es cuándo.

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