Pestañas

junio 05, 2017

Feministas queman bandera chilena

Hoy termino el día preguntándome qué representa para mi la bandera chilena. Y es que cuando la veo, no despierta en mi ningún sentimiento patriótico, nada de felicidad ni orgullo. Muchos me tildarán de muchas cosas, pero lo cierto es que el símbolo patrio está, para mi, asociado a sensaciones que no necesariamente me son agradables en la guata.
Primero que nada pienso en que representa a un país. Pienso en fronteras, en límites, en barreras, en xenofobia.
Luego pienso que este país, como muchos, opera en base a una constitución. En nuestro caso, documento conservado desde la dictadura (una hazaña la wea).
Varias de esas leyes están en constante antagonismo con la voluntad popular e impiden, vez tras vez, que la libertad aletee en nuestro cotidiano. Leyes opresoras que limitan o, de plano, prohíben la capacidad de decidir sobre nuestros cuerpos.

Pienso en que vivo en un cuerpo de hombre, el cual me hace heredero de una tradición reproductora del patriarcado con la cual quiero luchar día a día, en todos los espacios que se me hagan posibles. Es por esto que me organizo en torno a esta opresión específica, ya que hoy, como nunca antes, soy un poco más consciente de cómo funciona el aparataje patriarcal. Y es por eso mismo que puedo darme cuenta de algunos de mis privilegios.
Todo esto deviene de un proceso largo de aprendizaje, de ajustes, de errores igual. He trabajado mi capacidad de respetar a quienes me preceden en las luchas a las cuales me pliego, principalmente porque sé que aún hoy tengo mucho que aprender. Si, tengo energías y ganas, pero dejarme llevar por la ansiedad de querer transformar el mundo me ha jugado malas pasadas antes.
A un evento como el que tuvo lugar hoy en Concepción, organizado por la Coordinadora 8 de Marzo, fui con respeto. Respeto porque comprendo que si bien el patriarcado está presente en mi existencia oprimiendo y constriñendo, es algo de lo que me he llegado a dar cuenta luego de relacionarme con los feminismos. Hay toda una lucha que me precede la cual ha construído para sí una simbología, una mística, toda una ritualidad. Nominarme "compañero" de aquellas que trabajan de forma autónoma es algo que no puedo llegar y hacer sólo porque me siento cercano a su lucha. No es un calificativo que recae como por arte de magia una vez que me declaro no-heterosexual, no se me tatúa en el espíritu porque lea autoras feministas, no me brilla en la frente porque use falda, me pinte los labios o explore mi ano. Si voy a un evento como el de hoy, voy con la claridad de que si bien plegarme suma, recién comienzo a organizarme en torno a mi realidad como hombre en vías de ser antipatriarcal.
Desde aquí es que me pregunto, con todo lo que entiendo que me sucede como hombre frente a la bandera chilena, ¿acaso no es hasta ofensivo blandirla en medio de una manifestación feminista? ¿acaso no es pasao pal pico querer que flamee una representación concreta de la opresión de los cuerpos de las mujeres que marchan? ¿acaso no estoy llamando a recordar lo horrible de las leyes laborales, de las cárceles por abortar, de lo mierda que ha sido y es el estado chileno para con las mujeres? ¿acaso no es demostrar mi ignorancia pretender que todos los movimientos operan bajo los mismos códigos? ¿acaso no es una falta de respeto? Y cuando me lo hacen saber, ¿acaso me hace tanto ruido una respuesta agresiva frente a un símbolo así de violento? ¿tanto me incomoda? ¿tanto me ofende?
Al menos yo creo que falta mucho para que podamos sacarla en todas las manifestaciones y que todes entendamos que propugnamos unión y solidaridad, siquiera resistencia.

1 comentario:

  1. Que aweonao,la bandera representa a muchos chilenos humildes y trabajadores.

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