Pestañas

junio 07, 2017

Dos hombres caminan bajo la lluvia y se ríen


Parece que el mundo se contagió de ellos.
De repente, en todo el planeta,
la gente baila, se sacude, se abraza de alegría.
Otras personas miran a gente abrazarse.
Dos hombres caminan bajo la lluvia y se ríen.
En un pestañeo, y hacia donde mires,
suenan tambores, claveles, sartenes,
bailan niños con niñas, abuelas y vecinos,
o por último se saludan sonrientes las gentes al pasar.
Dos hombres caminan bajo la lluvia y se ríen,
disfrutando impunes la expansión de no limitarse,
compartiendo sin miedos lo que el cuerpo hace aparecer.
Es de noche, y todas las esquinas son arte.
Dentro y fuera de las casas se grita, salta,
cocina, besa, ordena, prende, comparte,
y quienes se miran se contagian con el pálpito de las sonrisas.
Parecieran hacer cosas maravillosas, los dos hombres.
¿Acaso el mundo no dijo que era inusual
hacer danza contacto con las manos,
caminar abrazados conversando la vida,
escuchar una canción fuerte en la calle?
Dos hombres caminan bajo la lluvia y se ríen.
Nadie hace caso ya de esas reglas.
El globo se puso reset, apagar equipo, reiniciar.
No queda nadie que no se crea este nuevo estado,
no quedan dudas, no quedan románticos,
es que lo que pasa, pasa de verdad.
Dos hombres están caminando bajo la lluvia,
y se ríen.
Y aunque la utopía del carnaval eterno es eso, un ideal,
cuando una señora los mira caminar bajo la lluvia y sonreír,
por un momento, en un saludo, en un gesto,
se siente como si el mundo
caminara
bajo la lluvia
y riera con nosotros.

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