Me voy yendo.
Así lo siento. Mi proceso de emancipación se arrastra hace ya varios años, desde que estaba en enseñanza básica. Usualmente lo tóxico que se vuelven algunos ambientes genera en mi deseos irrefrenables de escapar. No escapo de los problemas, escapo de aquello que no puedo solucionar. Y vaya que hay cosas en esta vida que están fuera de mi alcance.
Cuando era un púber siempre pensaba en el tiempo que restaba para irme. Mis intentos por hacerlo no han sido pocos: Me he ido por un fin de semana, me he ido por una semana entera, también lo hice por un mes. Y eso sólo en términos temporales: También me he ido lejos, cerca, a la mierda y no tanto.
¿Qué intento hacer con este despliegue de experiencias? Pues decir que siento que ese "me estoy yendo" ha llegado a su punto cúlmine. Me voy. Pero esta vez no se siente como un escape, se siente como un paso que había de tomar hace tiempo, como esas cosas que puedes hacer al fin y que siempre quisiste hacer. Claro que es un poco triste dar el paso solo, pero es lo que queda.
No tengo idea de qué viene, cómo sigue o qué pasará, pero eso es lo emocionante. Así vivo mi vida, me hace sentir más presente, me asegura que aún corre sangre por mis venas. La vida es así, incierta, ¿por qué tratar de ir contra ella? El ser humano ha intentado todo lo humanamente posible por predecirla, estudiarla, conocerla, desgranarla... ¿Para qué? Aceptar que la vida viene y va, te golpea y después esconde la mano, te eleva y después te deja caer. Así es, es el ritmo, es lo incierto y a mi me gusta. Me gusta el peligro, me gusta no saber, me gusta estar un poco perdido de vez en cuando. Y es que yo creo que mi mente es igual: Anda de aquí para allá todo el tiempo, sacando lo mejor de todo y dándole mil y una vueltas a cada detalle. Soy súper fijón, y creo que es una cualidad. Algunos me han dicho enrollado, cuático, denso, pero estoy parado aquí, donde yo quiero estar y voy hacia donde me mueve la guata. Me ha servido la complejización, pero no para todo.
Igual he aprendido que, aunque me encante darle millones de vueltas a todo, a veces hay que detenerse. Ese balance, ese equilibrio que la naturaleza y la vida misma tienen es un estado que hay que saber encontrar. A pesar de que todo sea un poco caótico en este plano, es infinitamente armónico. Es un caos hermoso. Si te dejas fluir, puedes terminar donde siempre esperaste terminar. Déjate absorver.
Quien no cambia, retrocede.
Creo que es dificil pensar en lo que voy a extrañar, pues las tengo ahora conmigo. Estoy seguro que, en medio del desierto nortino, querré escuchar la voz de alguien, mirar a los ojos a aquella persona, o simplemente discutir por alguna estupidez con esta otra. Y si, ya lxs echo de menos. A pesar de que siempre he querido virarme lejos y no volver, ¡hay una gran parte de mi que está tan cómodo! Y he sido muy egoísta este último tiempo, pero no había otra forma de sobrellevar algunas malas situaciones. Hay una persona a la que deberé retribuirle todo este tiempo perdido, pero me es dificil cuando hay problemas subyacentes que tienen que ver con las raíces de quiénes somos... Pero se lo debo todo, asi que mi amor por ella es incuestionable.
La voy a extrañar por lo que es, no por lo que me daba.
Sólo espero que mis próximas experiencias sean igual de enriquecedoras que las anteriores. Espero, para mi, lo mejor. Espero que en ese otro país al que voy me enseñen algo que nunca olvidaré, me digan que estoy equivocado y que termine por reconocerlo. Quiero que me dejen de cabeza, que no entienda nada y me replantee toda mi vida. Quiero que me ofrezcan trabajar allá por un techo y comida, que me digan "Quédese". Quiero vivir lejos de aquí. Como sea, pero lejos de aquí.
Mañana me voy. No sé a qué hora, pero me voy. Aún no sé si solo, pero me voy.
Simplemente...
Me voy.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario