Pestañas

marzo 14, 2012

Educación sexual: Un tema país pendiente


No había pensado en escribir una entrada aún. La verdad es que estaba esperando ese momento de inspiración para contarles sobre mi viaje a Bolivia... Pero ya llegará el día. Por ahora necesito hacer esta entrada por un tema que ha estado en boga durante todo este día: El cuerpo.Sip. Ese mismo cuerpo que según "la designada" prestan las mujeres, cual envase desechable, durante 9 meses al estar embarazadas. Y qué podemos decir, si son desafortunados los dichos de Doña Ena, pues. Desafortunados, por lo bajo. No creo que merezca más tecleo el análisis de esta persona, porque ya sabemos cómo entienden la sexualidad a ese lado del rio. Por favor, si el ala derecha de la política chilena está llena de contradicciones ridículas: "gay homofobicos, mujeres machistas, senadoras designadas, pobres fachos" (@Fabroo). Insisto: No vale la pena seguir hablando de aquellos.

Lo que sí me merece la pena es el cuerpo mismo, ya que es un tema que no exploramos todos los días. Creo que aún no tengo claro si el cuerpo es mio propio, si importa tanto, si es expresión de algo divino o no. Por un lado está toda esta tradición asceta y estoica de que el cuerpo no debe recibir mayor atención para así poder trascender y encontrar los miles de nirvanas ofrecidos por tanta cultura en relación con lo sagrado... No sé. No lo tengo bien claro, pero creo que el cuerpo es un elemento constitutivo de nuestra existencia y no estar en contacto con él puede ser menos favorable que conocerlo, aprenderlo y aceptarlo.

¿Cuánta gente se niega a mastubarse? Un acto tan simple de autoexploración. Debe ser genial descubrirse junto a otra persona, pero supongo que debe ser aún mejor compartir orgasmos. ¿Y cómo los comparto si aún no sé bien cómo tener uno? Lo peor es que aún revolotea este tabú añejo de que las mujeres no tienen apetito sexual y que solo responden al del hombre. No, no, no; peor aún es que muchas mujeres se lo creen y aprenden a tener orgasmos con la Cosmopolitan... Digo, tampoco es una obligación masturbarse, pero me parece extraño. Si yo, por un día, fuese mujer, lo primero que haría sería masturbarme. Fue lo primero que hice cuando estuve consciente de mi pirula, y tengo muy buenas experiencias con ello.

Qué onda con la ropa, que de repente hace un calor infernal y aún merodea dentro de nosotros la ridícula idea de que mucha piel es peligrosa en la calle, que las niñas deben andar abotonadas hasta el cogote porque si no las violan, ¡de que las mujeres embarazadas no pueden tener sexo! El sexo, ¿por qué negarselo? ¿por qué no explorar también?. Hace unos días hablaba con mi abuela y me decía que quienes no entendían el amor entre dos hombres y dos mujeres era porque nunca habían estado enamorados. Le encontré mucha razón. Y divago, porque es que hay demasiadas cosas que no entiendo cuando hablamos de sexualidad. Y precisamente ese es mi punto: Hablar de sexualidad.

En Chile la educación sexual es un chiste. Repartir condones y manuales de sexualidad heterocéntricos nunca fue suficiente. Yo me eduqué en distintos tipos de colegio -subvencionado y privado- y en ninguno fueron capaces de enseñarme qué era la masturbación, qué significaba eyacular, qué era el clítoris y para qué servía, qué implicaba ser gay, si existía la bisexualidad, etc. Todo lo que tenga que ver con el placer está absolutamente censurado para un niño o una niña. Más allá del debate sobre la pastilla o el aborto, la educación sexual en Chile es deficiente por donde se le mire, si es que se ve, porque bien podríamos decir que es inexistente. Tengo un amigo muy cercano que estudia psicología, y me contó hace un tiempo que tuvo que hacer talleres de sexualidad en un colegio de Concepción. Tocó varios temas, hizo sus talleres y pasó los contenidos propuestos sin problemas hasta que tocó la unidad de orientaciones sexuales. Mi amigo clarificó bien el tema y explicó qué significaba cada categoría. El único ejemplo gráfico era un beso. Un beso. Al otro día, o días después, no recuerdo bien, los papás y mamás del centro de estudios pusieron el grito en el cielo por un beso. Claro que eran dos hombres (o dos mujeres, da igual a estas alturas), pero era un beso. Es educación sexual, es trabajar mostrando, no ocultando. Es criar a gente tolerante, no fomentar la homofobia por omisión (siempre se teme lo desconocido) o por negación, que es peor. Un simple taller...

Después dicen que Chile no está preparado para ciertos avances en la "democracia sexual" como el matrimonio igualitario o la adopción para todxs, y es que yo creo que si lo está. Lo está porque la mayoría de los y las chilenas somos jóvenes, y somos precisamente nosotros y nosotras quienes tenemos más clara la película y nos deshacemos de los prejuicios que nuestros padres nos han inculcado. Estamos preparados para la igualdad, para vivir una democracia inclusiva y real. Con añejos y añejas (etarea y mentalmente) en el congreso se hace todo más dificil, pero es que lamentablemente nunca han sido buenos para escuchar y observar que la ciudadanía está a años luz de ellos y ellas.

¿Recuerdan la última campaña de "prevención" del SIDA? Una ridiculez.

Y es que en este caso la senadora designada es representante de temores sostenidos en el aire, a base de nada, de prejuicios sin asidero justificado, de temores irracionales. Es lamentable, pero si ni siquiera entiende -ni ella ni su coalición- que una madre no es un receptáculo, que la discriminación homófoba lo sigue siendo aunque sea por motivos religiosos, que las mujeres y los hombres pueden vestirse igual y no tiene nada de malo, que la educación sexual no es sólo obligación de las familias sino que también de las instituciones educacionales... Si no entiende eso, habrá que hacérselo entender.

Lo necesario no es que nos burlemos de ella por las redes sociales -bueno, un poquito, si se lo merece por pava; lo que realmente urge es que exijamos una educación sexual a la altura de las necesidades de los pequeños de esta sociedad, la nuestra, la chilena, ya que muchos y muchas llegan a los 18 sin siquiera conocer bien los métodos de anticoncepción. Qué digo, si es cosa de mirar el índice de embarazo adolescente. Hace unos días nada más golpearon gravemente a Daniel por ser gay; aún no podemos reconocer a las personas trans con todos sus derechos; qué decir de las enfermedades venéreas y la increíble tasa de contagio... Esto no puede seguir, y depende mucho de nosotros, de que exijamos lo que corresponde. Las instituciones educacionales deben hacerse cargo de estos temas e incluir a las familias en las discusiones, ya que de otra forma, repetiremos los errores que hemos venido cometiendo como sociedad. Y es este último punto uno muy importante, puesto que se ha dicho una y otra vez por parte de conservadores con representación política que son las familias las responsables de inculcar valores y hacerse cargo del tema de la sexualidad, cuando está demostrado que es mucho más eficiente si el colegio junto a la familia son partícipes de la educación sexual del o de la menor.

Por todo lo anterior ¡Educación sexual ahora! ¡Educación sexual ya!

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