Pestañas

mayo 15, 2013

Reconfiguraciones: Sobreviviendo a un gran cambio de planes

Se vino el 15 encima y la verdad es que no había pensado en escribir. Pareciera que, como trabajo desde mi casa la mayoría del tiempo, no tengo mucho que hacer; pero ahora que volví definitivamente a Concepción me di cuenta que hay muchas cosas que quería realizar. Algunos proyectos andan bien, otros no han resultado, pero lo importante es que me sigo moviendo y eso es reconfortante, porque me mantiene despierto.

No tiene que ver con que si no estoy haciendo nada me desespero, pero luego de que tus grandes sueños y proyectos se vienen abajo queda una sensación extraña, como de un vacío. Incluso hasta en este momento siento que estoy a punto de irme, de moverme, de no estar aquí. Me siento de paso, pero mi realidad es otra. Estoy en Concepción, tengo planes acá y no queda nada más que concretarlos. Pero insisto: Es difícil aceptar que aquello por lo que trabajaste tanto tiempo, ese lugar que anhelabas con todas tus fuerzas, ya no forma parte de las opciones. Varias cosas se han ido con esos deseos, y hasta el momento, la verdad, no ha aparecido nada que reemplace la maravilla que era pensarme estudiando ese magister, caminando por esas calles, pudiendo viajar los fines de semana a mojar los pies en el mar... Bueno, y todo lo que ello conllevaba.

La mayoría sabe, pero creo que no había escrito sobre lo que me estaba pasando. Les cuento: Me habían aceptado en el programa de magister "Estudios de Género y Cultura" de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. La verdad es que era mi magister soñado, ya que, como podrán suponer por la temática más recurrente en mis columnas, los estudios de género son mi especialización de ensueño. Más por una pretensión disidente que por una pleitesía al género en sí, pero eso es harina de otro costal. ¿Qué pasó? Se preguntarán. Pues CONICYT y sus ejemplares políticas me dejaron fuera del proceso con poco más de un punto de diferencia con el puntaje de corte. Supe que reabrieron el proceso de postulación, pero me lo estoy pensando, porque haber perdido la mitad del semestre estando acá en Concepción, sin clases, sin notas, sin matrícula pagada es una gran piedra en el zapato. Aún estoy decidiendo pero si repostulo, mis expectativas no son las mejores.

Como decía, con esta abrumadora noticia se fueron por el desagüe varios proyectos. Otros los tiré por la borda arriesgando arrepentimiento tardío. Lo cierto es que luego de ello perdí un poco la fe. Perdí la fe en la conspiración coeliana universal, en la atracción mental de los futuros ideales y hasta un poco en el amor. A veces pienso que es fácil engañarse con historias fantásticas sobre cómo las cosas llegan a uno y que sería mucho más sano entender que si pasó es porque se trabajó por ello y si no sucedió es porque algo no se hizo. Me da un poco de terror ver cómo puedo escribir esto sin un escalofrío. Y si, estoy un poco desencantado de la magia y a pesar de que nunca perderé mi sonrisa, no me siento muy feliz. De hecho estoy jugando las cartas que tengo. Tampoco me quejo.

Pero también recuperé las ganas de llevar a cabo un par de proyectos.

Hace mucho tiempo quería empezar un canal de videoblog. Es un poco terrible partir, porque falta motivación o da vergüenza y a todos nos gustaría tener éxito en el primero video. Como ahora sé que las cosas no son tan fáciles, armé un equipo de aspirantes a videobloggers y levantamos el proyecto "3 Minutos Menos". Si quieren saber más de esto, los invito a visitar nuestro canal.
También agarré fuerzas y decidí comenzar a hacer circular mi CV. Conversé con algunas personas que me podían orientar y quedaron de ayudarme en el proceso de buscar trabajo. Les envié mi currículum y estoy a la espera de noticias. Pronto volveré a conversar con estas personas para saber cómo va todo y si hay que hacer algo más.
Por lo demás unos chicos de un Centro Cultural Fernando González Urízar me "contrataron" para ser monitor en un taller extraprogramático en el Colegio Paulo Freire de Michaihue, que ocupa Terapia Clown para trabajar con niños y niñas de primero a tercero básico.

No son grandes noticias, pero luego de todo el desastre que fue enterarme de mis coartadas posibilidades, tener cosas que hacer me hace sentir menos perdido. Si, perdido, porque tenía un norte y ahora no está. No es una posibilidad. Pero todo está saliendo bien, y le estoy poniendo harto empeño, porque necesito volver a encontrarme. Por lo demás, hace rato estoy en la última etapa de mi tesis, y quiero terminarla ya. Independiente de los problemas que he tenido con mi escuela, gran parte de mi estancamiento es mi responsabilidad. Por eso estoy tomando de nuevo las riendas de mi vida y me estoy parando de a poco frente a este porrazo.

Sé que esta no es una columna crítica ni mucho menos, pero me tenía que sacar esto del pecho.
¡Gracias por leerme y éxito en todos sus proyectos!

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