Pestañas

noviembre 01, 2009

Prueba de fe

Tengo como una explosión mental. Esto resulta de un fin de semana etnográfico inintencionado y una conversación resumen con Ángela. Como cambian las cosas. Quiero ser un Nicanor Parra al peo. Lo decidí. Pero siempre quiero muchas cosas (risas). Hace tiempo pensaba que ya no escribía porque ya no me pasaban cosas malas. La verdad es que es un poco por eso y más que nada por otras cosas que suelen suceder. Además todo esto me recuerda un poco a Post (nótese la descripción ausente de este personaje pues la intención es releer esta entrada algún día y recordár, sólo yo, quién fue y porque me lo recuerdo).

La idea no es resumir mi vida, se supone que se acumulan aquí experiencias relacionadas con mi vida académica. Bueno, es la idea. Este fin de semana desemboca del anterior, desde el cumpleaños de mi prima. Cumplió diecisiete y está mucho más flaca de lo que, me aventuro a decir, nadie podría haber esperado. Se ve muy bien. Llegué a su casa temprano y estaba la típica amiga que llega seis horas antes para ayudar un poco y ocupar el notebook pues le llegan dos mil mensajes por segundo a los que responde como si de eso se tratara su vida. Es simpática, se llama Camila. Mi prima no llegaba porque era todo sorpresa. Conversé con mi tía, saludé a los que andaban pululando, pregunté lo usual. Me sumé al protocolo universal titulado "Entré a una casa que no es la mia". Estaba todo arreglado y había un aire de ansias, expectación y risas. Llegaban los amigos y amigas. No conocía a ninguno y eso me gustaba más. Me gusta enfrentarme a situaciones nuevas. - ¡Sorpresa!, gritamos todos. Lo típico es lo que sigue: todos se sientan, comen, hablan, sacan la guitarra y cantan "Eres todopoderoso, eres grande y majestuoso ¡oh, oh! Eres fuerte, invencible, y no hay nadie como tu-". Velada protestante. Luego de unas ciento veinticuatro canciones -todas con alguna frase que incluyera "Dios", "Mi Señor" o cosas por el estilo- los del reino se aburren y se dispersan. Mi hermano se va porque tiene que estudiar. No digamos que la estaba pasando bien. Si hacemos un FlashForward llegamos a la hora de dormir. Una buena historia que no merece este blog. Y si sigo haciendo FlashForward termino contando que la velada fue interesante. Conocí a varias personas interesantes, escuché muchas cosas interesantes.

¿Por qué desemboca en este fin de semana? Resulta que ya seis días después volví a la casa de mi prima y me volví a quedar. Sólo porque sí. De hecho planeo ir el jueves que viene a un ensayo de coro de la iglesia -que, según entendí, se llama "Rosa"-, sólo porque si. No, no. Reconozco que algo de etnografía imprimo y reconozco, también, que hay alguien que me interesa seguir conociendo. Por estas mismas razones fui a la celebración del día feriado en honor a los protestantes evangélicos pentecostales de los últimos días. Era un compromiso al que me había dispuesto a ir pues mi primo tocaba. Me encontré saltando "Cristo vive" en una tocata medio extraña, más que nada por el desorden que se generó que por realmente alabar a ese dios. De hecho no le creo mucho, pero ese no es el tema de hoy. Llovió, y con la lluvia se vino abajo el show. Lo que sigue es un acto de caballerosidad para nada machista, más bien en plan amistad y luego partí al culto en la iglesia que antes nombraba. Me nombraron en el púlpito pues se alegraban de verme ahí. Y es que sí, varios y varias me conocen. Y ahí estaba la persona esa. Qué increíble lo que uno puede llegar a hacer. Hasta hace poco no me interesaba participar de una reunión religiosa, menos una evangélica. Es todo un tema de resignificación. Termina el culto con abrazos a todos y todas, menos a esa persona. Hay que hacerse el interesante un poco. Luego organizábamos una salida para la noche, todo en plan evangélico: ver películas, quizás volver a cantar las ciento veinticuatro canciones, qué se yo. Llegamos, luego de un altercado bien machista entre padre, madre e hija, a la casa de Kelly y su voz hermosa. Sí que es hermosa. Su dios me habló por medio de la biblia y me dijo que yo sería quien marcara las frentes de quienes se salvarían. Literalmente decía eso. Qué cosas, ¿no?. Resulta que el doble estándar que sigue mucha juventud cristiana es increíble. Pero en realidad no queda otra pues padres y madres evangélicos es lo mismo que decir dictadura de la fe ciega. Algunos y algunas se salvan. Otros y otras... "Dios me libre".

Pretendo seguir visitándolos, seguir viéndolas y conociéndo a todos y todas. Me interesan, se ve que piensan y son especiales. Tienen mi onda, pero en versión apostólica romana de fin de siglo. Quizás más adelante describa algunos comportamientos que denotan increíbles saltos culturales, contradicciones netas y actitudes rescatables. Lo que sí sé es que ellos tienen completa su existencia. Es una necesidad humana el creer en un ser superior, nos da tranquilidad. Nada es malo si no es en exceso. Nada es malo si no avala la ignorancia, pero ¿cómo distinguir la ignorancia cómoda del salto de fe? Queda de tarea.

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