Ahora que se acaba del día de la madre, me llama la atención una forma que tenemos de conmemorar su rol. Una forma que, si bien tiene buenas intenciones, reproduce y celebra una forma opresiva de entender su papel en nuestras vidas.
La retórica que se plantea en estas conmemoraciones pop ya no es como la de antes, donde nos mostraban a una madre que nos atendía con jugo, o poniendo la mesa, sirviéndonos comida. Ahora es una mujer independiente que cumple infinitos roles: jardinera, artista, cocinera, pediatra, economista, peluquera y he leído que hasta reloj despertador. Sobre todo, para el día de las madres, este rol multifacético se resalta y celebra, nos conmovemos por todo lo que nuestra madre es para con nosotros, la abrazamos porque en efecto cumple todas esas tareas y es una súper mamá, una súper mujer. Pero, ¿qué se esconde detrás de esta celebración?
Imaginen lo que yo: Esta super madre se levanta a las 5am para hacerle desayuno a su familia, mientras se cepilla los dientes e intenta que no se le queme el pan. Mientras esto ocurre, está intentando por primera vez despertar a sus hijos y, probablemente, a su marido. Cuando está todo listo, revisa los uniformes, las camisas e intenta por segunda o quizás tercera vez levantarlos a todos. Viste a los niños, sirve el café, y probablemente maneja a dejar a sus hijos a la escuela. Trabaja todo el día, recibe llamadas de la profesora jefe, pasa a comprar pan y algunas otras cosas al supermercado cuidando el presupuesto familiar, va a recoger a sus hijos al colegio y los ayuda con sus tareas en casa mientras sirve once y cocina la cena, lava los platos, limpia la casa, besa a su marido al llegar, le sirve la comida, acuesta a sus niños, trabaja en sus informes y a dormir, si es que ya planchó camisas y preparó materiales para la tarea de mañana. Para empezar de nuevo una rutina similar, o peor que la del día anterior.
¿De verdad estamos entendiendo que esto es algo alegre, tierno e idealizable? Es bastante terrorífico que pensemos que es súper lindo que nuestras mamás -y todas las que vienen- tengan que cumplir con ser estas súper mujeres y que pensemos que esto en efecto es "liberador". Porque a ratos parece que esto es lo que celebramos. Esto nos conmueve. Esto nos parece que es el retrato de una mujer independiente, feliz, libre. ¿Esto es? ¿En serio? Y lo vemos en los comerciales pop que conmemoran a la super mujer que tenemos como cuidadora. Y promueven un regalito con descuento. Y lloramos con el video de youtube que nos muestra lo que nuestra madre hizo y hace por nosotros. Y el lunes volvemos a esperar todo esto y más de ella. Porque así son las madres. Bueno, no todas. Hay algunas que no hacen ni la mitad, y no recordamos a esas cuando vemos estas propagandas. A esas las miramos un poquito mal por ser malas madres. Malas mujeres.
¿Súper mamás? Suena opresivo. A cagar.