Y en general es así, uno siempre necesita a los demás, diga lo que diga. Por muy independientes que nos creamos no somos nada sin la oreja escuchadora, el hombro apoyador o la mano apañadora del de al lado. Incluso a veces los necesitamos para que nos escupan en la cara verdades que estábamos pasando por alto. Yo creo que, como a mi, a varies les falta un escupitajo bien dado, porque defienden una patria a punta de cuentos de hadas que construyen una realidad más virtual que cualquier fanfic. No es que me crea el prometeo de la nueva era, pero por favor, hay datos, hay muchos datos.
Yo vivo tranquilo, sin tantas preocupaciones, sin grandes necesidades, pero eso no tiene que ver con que Chile sea un país justo y esté lleno de oportunidades, sino con que mis padres hicieron esfuerzos sobrehumanos trabajando y estudiando en el caso de mi papá, y trabajando y viendo la casa en el caso de mi mamá. Esta es la malparida “doble jornada”, atrocidad que encuentro terriblemente injusta pues no considero una verdad eso de que uno viva para trabajar. Ese no es nuestro fin último como seres humanos. Pueden tacharme de new age o lo que quieran, pero de verdad creo que nuestra misión en la vida es ser felices, alcanzar el nirvana y hacernos uno con la pacha mama... O algo así.
Más allá de esto, que yo pueda vivir tranquilo -la mayoría de los días- no significa que el país viva tranquilo igual que yo.
Algunos datos que hacen de Chile un país derechamente injusto son los siguientes:
- El quintil más rico gana 14 veces lo del quintil más pobre, lo que es una desigualdad que duplica la de los países de la OCDE (Joseph Ramos, Economista UChile)
- Casi un tercio (31,1%) del ingreso de Chile llegó al 1% más acaudalado de la población, mientras que sólo algo más de los dos tercios (68,9%) restantes se distribuyó entre el 99% de los demás chilenos (Paulina Henoch, LyD)
- Es realmente en el 1% más rico y sobretodo en el 0,1% y 0,01% más rico donde se concentra el ingreso (López, Figueroa y Gutiérrez, UChile)
Seguir sería deprimente.
¿Qué queda para el resto? ¿En qué están los legisladores de este país que, con todos estos datos, siguen en acordando sus acuerdos, aprobando leyes piñufla y apenándose por la realidad chilena sin tomar acciones reales? Más aún, ¿en qué está la gente, les chilenes, que no se toman todo y paralizan medio Chile exigiendo lo que les corresponde? ¿Hasta cuándo soportamos que nos basureen y nos digan "estamos trabajando para Ud."? Cuando me sale algo así en una tapa de bebida yo la tiro lejos, y a estos ridículos que más encima trabajan para mi, que les pago el sueldo con mis impuestos, ¿no les puedo alegar?
Un amigo posteaba en Facebook un artículo que enfatizaba lo injusto que Chile sigue siendo incluso hoy, cómo el legado de la dictadura militar de Augusto Pinochet nos sigue afectando en la actualidad, y cuáles son los grupos económicos que nos tienen agarrados de las bolas y ovarios. Si, leyó bien: De las bolas y ovarios. Ya se estarán preguntando, ¿qué tiene de importante este hecho? Pues que su tía comenzó a discutirle que por qué basureaba tanto a Chile si era un país tan bello, tan hermoso y tranquilo. Literalmente le dijo "no seas mal agradecido y pegate una piedra en el pecho en el pais que vives y tener la capacidad despertar tranquilo cada dia".
Esta primera oración me dejó colgado. Ahora resulta que somos una tropa de mal agradecidos todos los que tenemos una visión crítica sobre nuestra patria y cómo se llevan las cosas acá. Y bueno, hay que pegarse con una piedra en el pecho. Así nomás. Pero no bastó con esto, sino que la tía de mi amigo consideró que el viaje que éste hizo por Europa hace unos meses distorsionó sus valores. Aquí es que quedé estupefacto.
A mi juicio, si de algo sirve ver otras realidades, viajar a otros países, imbuirse de otras culturas es para ser crítico con la propia. En mi caso, viajar a Bolivia me hizo apreciar la diversidad cultural que aquí en Chile se tiene tan a mal traer. Personalmente cultivé un espacio espiritual que tenía muy dejado en mi. Pero, por sobre todo, entendí que la pobreza usualmente no tiene nada que ver con lo material, sino con elementos mucho más intangibles, actitudinales, de perspectiva.
Mi amigo fue a Europa y trajo consigo muchas críticas al sistema económico y cultural chileno. Asuntos estructurales como la residistribución, el sistema tributario, educacional, de salud y de representación política son -literalmente- un mal chiste. En términos culturales, al parecer, no estamos tan empoderados de nuestros espacios públicos, de nuestro territorio, etc. Viendo a Chile desde fuera, el panorama no fue tan lindo. Con ello, volvió al país con ganas de ser más crítico y se planteó el difundir información... Como ya entenderán, su tía lo lapidó.
A mi parecer, esto demuestra dos cosas:
En mi humilde opinión, difundir artículos críticos, poner temas en la mesa, conversar en la micro, discutir con el vecino o compartir información por las redes sociales sirve, y mucho. No considero fructífero que todes estemos en la calle vitoreando consignas reivindicativas, pero tampoco creo que desde internet se cambiará al mundo. Eso si, las dos actividades son complementarias porque varies queremos saber más, enterarnos más, preparanos más; así como también hay muches que viven en estas burbujas dentro de las cuales simplemente no circula información, y ponerla ahí, a la vista de todes genera opciones, en este caso la opción de informarse o no hacerlo.
En lo personal, cosidero que para hacerle frente a estos monstruos financieros de alguna manera, por pequeña que sea, hay que SABER. Saber es poder, decía Foucault. Por último, sirve hablar, levantar la voz. Ya sabemos que el silencio ha sido uno de nuestros peores aliados históricos.
Mi amigo fue a Europa y trajo consigo muchas críticas al sistema económico y cultural chileno. Asuntos estructurales como la residistribución, el sistema tributario, educacional, de salud y de representación política son -literalmente- un mal chiste. En términos culturales, al parecer, no estamos tan empoderados de nuestros espacios públicos, de nuestro territorio, etc. Viendo a Chile desde fuera, el panorama no fue tan lindo. Con ello, volvió al país con ganas de ser más crítico y se planteó el difundir información... Como ya entenderán, su tía lo lapidó.
A mi parecer, esto demuestra dos cosas:
- Su tía, como muches en Chile, vive en una burbuja donde en el territorio nacional no se cometen atrocidades de ningún tipo y para la población vivir es algo que sale tan natural como respirar. No hay problemas, no hay nada que intoxique el diario vivir de les chilenes. A mi juicio, esto demuestra mucha ignorancia.
- A raíz de lo anterior, y como decía al principio de esta columna, la burbuja en la que viven muches chilenes huele bonito, se ve bien, hasta quizás se viva bien: Es un cuento de hadas. Por una u otra razón es claro que NO conocen de verdad el Chile que tanto aman.
En mi humilde opinión, difundir artículos críticos, poner temas en la mesa, conversar en la micro, discutir con el vecino o compartir información por las redes sociales sirve, y mucho. No considero fructífero que todes estemos en la calle vitoreando consignas reivindicativas, pero tampoco creo que desde internet se cambiará al mundo. Eso si, las dos actividades son complementarias porque varies queremos saber más, enterarnos más, preparanos más; así como también hay muches que viven en estas burbujas dentro de las cuales simplemente no circula información, y ponerla ahí, a la vista de todes genera opciones, en este caso la opción de informarse o no hacerlo.
En lo personal, cosidero que para hacerle frente a estos monstruos financieros de alguna manera, por pequeña que sea, hay que SABER. Saber es poder, decía Foucault. Por último, sirve hablar, levantar la voz. Ya sabemos que el silencio ha sido uno de nuestros peores aliados históricos.