Últimamente he pasado sintiéndo algo nuevo. Algo completamente nuevo y que entra en contradicción con todo lo que he creído hasta ahora. Hay muchos, muchos aspectos de lo que soy que se han visto reprimidos, por varias razones. El intento de establecer una vida con alguien se ha visto contradecido con la idea de 'normalidad', con la idea de que las costumbres llaman a una vida plena. Pero no. Uno, al analizar ese discurso se va dando cuenta de que los 'policías normativos' están ahí fomentando una estructura política, encuadrando el comportamiento de la realidad social en orden de generar estos pilares donde erigir su monumento al ego...
Cualquier doctrina de cualquier índole que rechaze la escencia fundamental del ser humano atenta contra la felicidad de éste. No se puede ser pleno reprimiéndose. Si se puede alcanzar la plenitud siendo conciente de nuestras posibilidades, concientes de nuestros actos y sus repercuciones. La responsabilidad es una cosa que no se anula si uno aprende a no reprimirse. Quizás aquí viene el punto más importante: reprimirse en todo sentido es marcar el camino a una enfermedad mental. Así también lo es travestir la libertad y transformarla en libertinaje. Cuando hablo de no reprimirse hablo de una represión a priori, es decir, no puedo simplemente reprimir un deseo porque quizás no es común -por ejemplo. Reprimir un sentimiento, un pensamiento, un deseo es ilógico. Lo que ha de hacerse, bajo mi perspectiva, es dejarle fluir. Y no hablo de abandonarse a lo sublime que puede ser ese fluir espiritual; hablo de fluir de una manera conciente: ser como el sándalo que aunque el sable lo desgarra, se hace parte de él y lo baña con su aroma...
Entender que somos parte de un todo requiere trabajo mental y ruptura de esquemas -si tu socialización primaria se ha completado. Acceder a una conciencia colectiva, o un estado cercano a ese implica tener en cuenta las leyes acción-reacción que se imprimen en nosotros como cualquier otro elemento de la naturaleza: somos parte de un todo. Abrir nuestra mente a la felicidad es difícil, luego de una vida donde la felicidad es impuesta. Entenderse, encontrarse y ser consecuente con los deseos espirituales del ser es una tarea inimaginable cuando te encuentras en la jaula de hierro. Aprender a escaparse de ese sistema enclaustrante es lo que se requiere y este es el momento...
¿Qué es tan dificil? Finalmente me doy cuenta de dónde estoy, desde dónde hablo, hacia dónde quiero ir y por qué soy así. ¿Qué me falta? Pues se requiere una voluntad y resiliencia enormes, pues cuando uno se posiciona fuera de la ley de los emprendedores morales queda sumido en la propia marginalidad, en el entorno Luhmanniano; y si bien desarrollarse socialmente en tal lugar no evoca dificultad, insisto en lo dificultoso que puede llegar a ser una reestructuración -sino completa- de todo esquema mental represivo. De partida se ha de construir una base de la nada; segundo se requiere consensuar y disensuar "civilizadamente" (WOW! Contradicción!) pues no hemos de olvidarnos que somos seres sociales y necesitamos agregarnos a una comunidad la cual ha de regirse por normas. Bueno, ¿qué no vengo escapando de ellas? No. Venimos escapando de la represión de la norma impuesta y nos adentramos en la norma construida transversalmente. En tercer y último lugar necesitamos comprender que lo que hacemos no constituye ninguna violación a la naturaleza y que realmente nos encamina hacia la plenitud. Cuestionarselo de vez en cuando constituirá una forma dialéctica de alcanzar una plenitud conforme a los cambios en el grupo, pero se debe dejar fuera todo lo que signifique reprimir por reprimir, y el lugar central debe tenerlo la interconciencia.
Hoy me encuentro articulando un cuestionamiento que me machaca la cabeza desde hace varios meses. Hoy yo mismo vivo el proceso de duda de la nueva estructura que me plantié alguna vez. Hoy me asusta la marginalidad en la que me encuentro. Y es que somos seres sociales que necesitan, en algua medida, la aprobación del entorno. Puedo ser un hermitaño del amor, pero ¿qué sentido tendría? Al menos a mi no me hace.
Es complicado. Muy complicado.